OM

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Es un canto, el canto que provee la gracia del supremo padre Krishna a su devota. Devota de ascendencia Vaishnava, hija de Colombia, ciudadana, madre, entregada con ilusión a un amor eterno y genuino por una religión que hoy la abraza. Ellas son las devotas, hijas de Krishna.

 

Muchos se preguntarán quiénes son los Hare Krishna, en realidad son la Comunidad de la Conciencia de Krishna, una secta religiosa de origen hinduista que fue creada por un devoto del dios Krishna llamado Abhay Charan De.  Con el paso del tiempo y mientras más cogida tenía su movimiento religioso se otorgó el nombre espiritual de su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta, Swami Prabhupada. El 18 de septiembre de 1965 construyó en una vieja tienda en Nueva York su primer templo, ganando jóvenes devotos que hasta el día de hoy han proclamado su filosofía. 

 

Llegaron en 1975 a Caracas, Venezuela, primera ciudad en tener un templo Hare Krishna en Latinoamérica. Este mismo año comenzó su expansión hacia Brasil, Chile, Argentina y nuestro país, Colombia. Sus principales templos están dentro de Bogotá en el barrio Santa Isabel y en la Avenida Caracas con 32. A los alrededores de la ciudad están Varsana, vía Granada, Cundinamarca  y Vrindavanita, vía Arbeláez, Cundinamarca. 

 

Esta tesis de periodismo, elaborada en un especial multimedia pretende mostrar y evidenciar a través de la tradición religiosa, la transformación y el reconocimiento de los derechos de las mujeres dentro de la comunidad Hare Krishna de Bogotá. Mujeres, que a través de los años se han posicionado dentro de una figura importante para la comunidad y han equilibrado sus derechos frente a los de los hombres, que por tradición eran superiores a los de ellas. 

 

Agradezco a las mujeres Apsara Devi Dasi, Yiva Tarini Devi Dasi, Vaisnavi, Gopal Prema, Rayani, Radha Gokulanda, Jivana, Kandra Muki, Samipia, Laksmi Mariño, Radha Tulasi, Krishna Mati y Luna Valentina por su entrega, disposición y sabiduría para llevar a cabo esta tesis Hare Krishna. A la madre Mahanandi por ser maestra de enseñanza, amor, devoción y que hoy su alma descansa en busca de la iluminación para posar junto a su Dios, Krishna.


 A hombres como Acintya, Vasu, Rishikesh y Madan, por su conocimiento y opinión. A personas como Nicolas Triana, por ser mi otra cámara, a Juan Chitiva por apoyarme y presionarme a entregar un excelente trabajo, a Diego, por ayudarme con este especial, a Camilo por siempre confiar y sacar muchos proyectos adelante, a Valentina y Graciela por ayudarme a pulir y editar mis textos. 


Agradezco a mis papás y a mis hermanas, quienes nunca dudaron en que mi espiritualidad me llevaría a tener grandes logros y a mi directora de tesis, Danghelly Zúñiga, que me apoyó y me ayudó para realizar una tesis de periodismo desde un punto de vista religioso y de género.