La resignificaciòn de la mujer Krishna

Desde India a Estados Unidos y de Estados Unidos a Latinoamérica, viajó una creencia que años más tarde se convirtió en un movimiento religioso con acogida en diferentes países de latinoamérica. 

 

 

Empecemos por el continente oriental, su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta, Swami Prabhupada, un devoto de la religión Vaishnava de India, que tiene como dios supremo a Vishnu, dios de la trinidad hindú, viajó a Estados Unidos en 1965, allí empezó a proclamar su religión, bajo la orden de su maestro espiritual Swami Bhaksidhanta Sarasvati. Con el tiempo fue ganando jóvenes devotos hasta que el 18 de septiembre de 1965 construyó en una vieja tienda en Nueva York su primer templo (Pastorino,2015).

 

 

Prabhupada reorganizó los pilares fundamentales por los que se iba a regir la religión: No apego a la vida material, no comer animales, no tener ningún vicio ni adicción al juego y la última y más importante, hacer un voto de celibato. Viniendo de oriente, sus tradiciones estaban ligadas hacía un aspecto muy liberal de la sexualidad que hacía tan exótica a India por el Kamasutra. Por esto, decidió implementar el voto de celibato, ya que aquel que no fuera capaz de no sentir deseo sexual no era digno de recibir la enseñanza de Krishna (Jungblut & Adami, 2017).

 

 

Su filosofía fue teniendo acogida, tanto así que empezó a bajar por el continente americano, llegando en 1975 a Caracas, Venezuela, primer país suramericano en tener un templo Hare Krishna. A Colombia, llegó hace aproximadamente 40 años. Tienen 50 templos en el país, con una población significativa Hare Krishna. Sin embargo, actualmente el estado no tiene cifras exactas de cuántos adeptos son, pero, se les reconoce como un movimiento religioso, de esta manera lo hicieron saber por medio de un derecho de petición. 

 

 

Aquella comunidad que desde hace varios años fue forjando cimientos en nuestro país, la mujer ha tomado un papel de significación y poder con el paso de los años. Es por esto, que su autonomía no depende de un sistema patriarcal en donde su esposo es quien decide sobre ella, sino por el contrario, perteneciendo los Hare Krishna a la línea de nuevas y modernas religiones, han llevado su culto de una manera más liberal respecto a las religiones tradicionales. Por esta razón la mujer juega un papel fundamental, porque en igualdad de condiciones ella puede ser madre, esposa, maestra y gurú sin importar su papel de género.

 

Sin embargo, uno de los aspectos más relevantes, es el ingreso a la comunidad, muchas de sus devotas, han decidido hacer parte de esta en diferentes momentos de sus vidas, así lo hizo saber Vaisnavi, devota del templo de Varsana, quien definió su llegada a la comunidad como “la experiencia más importante en mi, porque me resuelve todos los aspectos de mi vida». Al igual que Vaishnavi, esta experiencia se remonta plenamente en su dios, no en aspectos ajenos como lo sería el matrimonio, las uniones, los trabajos, entre otros, como lo hizo saber Gopal Prema, creyente de Varsana, “ser Hare Krishna es Dios, Dios está en todas las entidades vivientes, Dios está aquí. Es una inspiración y para entender eso hay que abrir, abrir la mente”. 

 

A pesar de la devoción que sienten hacia su deidad, para Radha Gokulanda Devi Das, pertenecer a la comunidad la lleva a “intentar ser una mejor versión de mi misma y entregar a las personas lo que he aprendido”. Y es de esta manera, que aquellas mujeres con las que tuve el tiempo de compartir parte de mi carrera profesional, iban mostrando su resignificación y poder dentro de la comunidad, para el caso de Jivana una de las devotas casadas, como el vindi en su frente lo indica, aseguró que ser Hare Krishna, “es lo significa todo en mi vida, andaba perdida, soy una mujer empoderada, consciente y firme en el amor y servicio por Radhe y Krishna”.  


Parte de ese empoderamiento femenino, se fue desenmascarando con el paso de los años, se fue descubriendo en la medida de que se establecían conversaciones con las devotas. Así lo evidencié con Kandra Muki, una de las madres y maestras espirituales de la comunidad, quien en medio de risas aseguró que “me siento muy feliz por estar en este movimiento porque es lo mejor que me ha podido pasar”. Por consiguiente, Krishna Mati Devi Das, fue la que mostró que las mujeres de la comunidad hoy se encuentran en un pilar indispensable dentro de la misma, porque ser Krishna “es la reevaluación de las concepciones que uno tiene en la vida. Reflexionar la lucha de las mujeres”.


Como estas devotas, fueron varias las mujeres que han fortalecido con su amor, fe y espiritualidad a la comunidad Hare Krishna de Bogotá, quienes además, en un acto de devoción a diario se entregan a su creencia y a su deidad, por medio del Bhakti yoga es la línea de creencia de todas las devotas y devotos Hare Krishna. Sus palabras tienen significado de los vedas, textos sagrados de los Krishna en donde, Bhakti se traduce a amor y Yoga a conexión. 


Como bien lo explicaban las devotas y devotos, el Bhakti Yoga viene del Gaudiya Vaisnavismo que es una rama del hinduismo. Como tradición Vaisnava se reconocen los avatares o reencarnaciones de Vishnu como deidades. Krishna, avatar número 14 de Vishnu, es el Dios supremo de los practicantes de Bhakti Yoga (Hare Krishna) en Colombia. De su creencia, se deriva el Maha Mantra, “hare-kṛṣṇa-hare-kṛṣṇa kṛṣṇa-kṛṣṇa-hare-hare hare-rāma-hare-rāma rāma-rāma-hare-hare”, sonido trascendental expuesto en la introducción de este especial, que representa la parte femenina, Radhe como amor divino y eterna compañera y Krishna como fuente de todas las cosas. Para esta cultura, Radhe y Krishna son uno solo y son el Dios supremo. 


Además del Bhakti Yoga, como su filosofía religiosa, de acuerdo con Vasu, devoto casado de la comunidad, los Hare Krishna tienen diferentes celebraciones como el advenimiento de Sri Krishna,  que se traduce en el nacimiento o llegada del Dios Krishna. Se celebra en el mes de agosto y también se le llama Sri Krishna Janmashtami. El objetivo principal de la celebración se basa en recordar al señor Krishna. Como muestra de amor y devoción, sus devotas y devotos hacen más de 100 preparaciones a base de verduras, frutas, granos, cereales y granos. En la noche, luego de un ayuno de todo el día se comparten las preparaciones. 


El matrimonio en la comunidad Hare Krishna, tiene un aire muy hinduista, como lo reflejaban Yiva y Acintya en su ceremonia. Durante la celebración, un sacerdote recita mantras para bendecir la ocasión. A la pareja de novios, se les amarra de los pies para que compartan juntos todo el día. También realizan un ayuno hasta la noche donde se hace una fiesta recordando al señor Krishna y comparten preparaciones realizadas para los novios. Finalmente se realiza una ceremonia de fuego y mantras para oficializar la unión entre la pareja. 


Al igual que en todas las tradiciones del mundo, la celebración de la muerte en la comunidad Hare Krishna es un evento en el que no se llora al fallecido. En la mayoría de los casos se crema al difunto. La familia ofrece una ceremonia pidiendo por el alma que ya dejó el cuerpo material para alcanzar la iluminación que significa la llegada a Dios. Además, la familia ofrece y regala alimentos a los invitados para ganar bendiciones en la próxima vida del fallecido, esto le brindará una vida más fácil y con menos obstáculos. 

Y es así que las devotas de la comunidad resignifican su presencia dentro de la misma, no solo en los entornos ceremoniales, en los cuales participan con suma importancia, al igual que los devotos hombres, en la preparación de cada uno de los eventos, sino en su perspectiva de cómo sentirse una mujer dentro de la comunidad, siendo luchadoras, trabajadoras y libres de tomar cualquier tiempo de decisión que contribuya al crecimiento espiritual de cada una de ellas.